Finalmente, llegó el momento que muchos esperábamos con ansias: el estreno de Alien Romulus. Desde que se anunció la nueva entrega de esta franquicia, que ha redefinido el cine de ciencia ficción y terror desde su debut en 1979, los rumores, expectativas y especulaciones no han parado. La criatura perfecta, el xenomorfo, está de regreso y con él, una nueva oportunidad para revitalizar una saga que ha tenido sus altibajos, pero que siempre ha mantenido su estatus de culto.

Como fanático acérrimo de la franquicia, me preparé para ver Alien Romulus con una mezcla de anticipación y escepticismo. Después de todo, no es fácil mantener la esencia de una serie de películas que ha sido tan influyente y que ha pasado por manos tan diversas como las de Ridley Scott, James Cameron y David Fincher. Mis expectativas eran variadas: había visto los trailers, leído anécdotas del rodaje, y escuchado críticas (sin spoilers, claro) que prometían una fusión de lo mejor de la saga en Romulus. Con ese panorama en mente, me dispuse a adentrarme en el universo de Alien una vez más.

Sinopsis

Este thriller de terror y ciencia ficción nos transporta a las raíces de «Alien», la franquicia que obtuvo un éxito sin precedentes. Un grupo de jóvenes colonizadores espaciales se encuentra cara a cara con la forma de vida más aterradora del universo cuando rebuscan en las profundidades de una estación espacial abandonada.

Desde los primeros minutos de Alien Romulus, supe que esta película iba a hacer un esfuerzo consciente por conectar con las raíces de la franquicia. El ambiente que se respira al inicio es denso, opresivo, y sí, muy familiar. Es imposible no sentir que estás de vuelta en ese universo creado por Ridley Scott en Alien, el octavo pasajero. La atmósfera recuerda a la de la Nostromo, esa nave industrial, fría y oscura donde la tripulación fue cazada uno por uno por el xenomorfo original. En Romulus, se logra captar ese ritmo pausado pero cargado de tensión, una decisión que, aunque arriesgada en estos tiempos de blockbusters frenéticos, resulta ser un acierto.

Fede Álvarez, el director de esta entrega, demuestra un entendimiento profundo de lo que hizo especial a la saga en primer lugar. Ya habíamos visto su talento para manejar el terror en entornos claustrofóbicos en películas como No Respires y el remake de Evil Dead. En Alien Romulus, Álvarez lleva estas habilidades a un nuevo nivel. Cada escena está cargada de un suspenso palpable, y la forma en que maneja la presentación de los personajes y la trama te hace sentir que estás viendo un híbrido entre una clásica película de terror y slasher, pero situada en el vasto e implacable vacío del espacio.

Alien Romulus

Pasemos a las actuaciones, un aspecto que siempre ha sido clave en el éxito de las películas de Alien. En Romulus, la elección del elenco es sólida, aunque no sin sus puntos débiles. Cailee Spaeny, quien interpreta a Rain, se establece como la protagonista de la historia. Su actuación es convincente y, en general, funciona bien para el tipo de película que Alien Romulus pretende ser. Sin embargo, comparar a cualquier nueva protagonista con la icónica Sigourney Weaver en su papel de Ripley es un desafío casi imposible. Ripley no solo es un personaje legendario; es un símbolo de la fuerza femenina en el cine, y es difícil no sentir que cualquier intento de replicar esa magia quedará corto.

David Johnson, por otro lado, interpreta a Andy, un sintético que aporta una calidad actoral que sobresale. Su personaje tiene una profundidad que recuerda a otros sintéticos de la franquicia, como Bishop en Aliens o David en Prometeo y Covenant. La relación entre humanos y sintéticos ha sido una constante en la saga, y en Romulus, Johnson logra aportar una frescura que revitaliza este elemento.

Alien Romulus

Un aspecto en el que Alien Romulus realmente brilla es en su banda sonora y diseño de sonido. Benjamin Wallfisch, el compositor a cargo, ya ha demostrado su capacidad para crear ambientes sonoros impactantes en películas como Blade Runner 2049 y It (2017). Aquí, Wallfisch hace un trabajo magistral al combinar nuevos temas con homenajes a las bandas sonoras clásicas de la saga. Los silencios son tan importantes como los sonidos, y la música se utiliza de manera inteligente para amplificar la tensión en los momentos más críticos.

La banda sonora no solo acompaña la acción; la define. Desde los momentos más tranquilos, donde el silencio se convierte en una amenaza en sí mismo, hasta los estallidos de violencia que recuerdan que el xenomorfo es, ante todo, una máquina de matar perfecta. Incluso hay guiños musicales a películas anteriores, incluyendo Prometeo, que añaden una capa de fan service sin resultar intrusiva. Es un equilibrio difícil de lograr, pero Alien Romulus lo maneja con maestría.

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Alien Romulus

No obstante, no todo es perfecto en Alien Romulus. Uno de los aspectos que menos me convenció fue la previsibilidad de algunas secuencias. La película, en su afán por rendir homenaje a las entregas anteriores, cae en varios clichés que ya hemos visto en la franquicia. Si bien estos momentos pueden ser nostálgicos para algunos, para otros resultarán un tanto repetitivos y predecibles. El guion, aunque sólido en su construcción general, podría haber beneficiado de un enfoque más arriesgado en ciertos puntos para evitar que los fans más acérrimos sientan que ya saben lo que va a suceder.

Por otro lado, es evidente que Alien Romulus intenta darle un mayor peso a otras películas de la saga, como Prometeo, Alien: Covenant, e incluso a la infame Resurrection (aunque muchos preferiríamos olvidar esa película). Esto puede resultar divisivo: para algunos, estas conexiones son una forma de cohesionar el universo de Alien, mientras que para otros, simplemente subrayan los aspectos menos atractivos de las entregas menos populares.

Alien Romulus

En última instancia, Alien Romulus logra lo que muchas secuelas fallan en conseguir: ser fiel a sus orígenes mientras busca innovar y proponer algo nuevo. Aunque no es la mejor película de la franquicia, es un esfuerzo valiente que demuestra que aún hay vida en el universo de Alien. Es entretenida, está bien dirigida y ofrece suficientes momentos de tensión y horror para satisfacer tanto a los nuevos espectadores como a los fanáticos de toda la vida.

Sin embargo, seamos brutalmente honestos: Alien, el octavo pasajero y Aliens son obras maestras que han establecido un estándar casi imposible de superar. Fede Álvarez ha hecho un trabajo admirable, pero superar esas dos joyas cinematográficas requeriría algo más que talento; necesitaría un milagro, o quizás, la resurrección de Stanley Kubrick. Pero hasta que eso suceda, podemos estar tranquilos sabiendo que la criatura perfecta sigue viva y coleando, lista para aterrorizar a nuevas generaciones.

Alien Romulus

Alien Romulus es, en resumen, un soplo de aire fresco para la franquicia, una declaración de intenciones hacia el futuro. En tiempos donde las franquicias se han convertido en meras máquinas de dinero, es reconfortante ver que aún hay directores que, como Fede Álvarez, tienen una verdadera pasión por el material en el que trabajan. Y eso, al final del día, es lo que mantiene viva la llama del xenomorfo: la pasión por el cine y el deseo de seguir explorando los rincones más oscuros y aterradores del espacio.